Alimentos desaconsejados para los bebés
A la hora de alimentar a un bebé recién nacido, se recomienda la lactancia materna de forma exclusiva durante los seis primeros meses de vida y, a partir de ese momento, añadir de forma paulatina el resto de alimentos, que pueden convivir con la lactancia materna a demanda si la madre lo desea durante el tiempo que quiera, junto con el resto de alimentos.
No hay pautas estrictas sobre la introducción de la alimentación complementaria en el bebé hasta los 12 meses pero existen una serie de alimentos que no se deberían introducir en ningún caso. Son los siguientes:
Pescado azul
Es conveniente no introducirlos por la posibilidad de que contengan contaminantes como el metilmercurio, así como para las embarazadas y las mujeres en fase lactante y se limita la ingesta a 50g semanales en niños de entre 3 y 12 años.
Espinacas
Las verduras de hoja verde con un alto contenido en nitratos, como la acelga, la espinaca o la borraja, no deberían incluirse por el riesgo de metahemoglobinemia, un trastorno sanguíneo en el cual se produce una cantidad anormal de metahemoglobina y los niños de entre 6 y 12 meses son particularmente susceptibles a esta enfermedad por causas que van desde la ingesta de nitratos en el agua potable o en algunos alimentos a la deshidratación por gastroenteritis con diarrea o al uso de anestésicos que contienen benzocaína o prilocaína.
Frutos secos enteros
Tanto los frutos secos enteros como otros sólidos pueden dar lugar al atragantamiento no solo en menores de un año, sino hasta los cinco años aproximadamente. En este grupo encontramos tanto los frutos secos como la zanahoria o la manzana enteras, que no solo pueden hacer que los menores se atraganten, sino que además son difíciles de masticar cuando los niños son pequeños y les pueden provocar fatiga.
Azúcares
La miel, los zumos de frutas, los edulcorantes y alimentos superfluos como la bollería es mejor introducirlos cuanto más tarde mejor, porque pueden contribuir a la ganancia inadecuada de peso y aumentan el riesgo de caries.
Sal
Los bebés y lactantes no deben consumir sal por el riesgo de sobrecarga renal. Se desaconseja su consumo en menores de 2 años y entre los 2 y los 15 años es conveniente asegurar un consumo a la baja, teniendo en cuenta que la cifra recomendada para adultos es de menos de 5 gramos diarios.
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