Alimentos que conservan sus propiedades tras ser congelados
Tanto incluir alimentos congelados en la lista de la compra como recurrir a la congelación casera en algunos casos puede ser una buena manera de comer sano y equilibrado si no disponemos de tiempo suficiente para adquirir productos frescos. Si los descongelamos correctamente (siempre en la nevera y evitando descongelar a temperatura ambiente), dispondremos de carnes, pescados, frutas, verduras y otros productos frescos, además de numerosos platos ya cocinados saludables, al alcance de nuestra mano. Es fundamental evitar el consumo de todos aquellos congelados ultraprocesados, que suelen incluir una gran cantidad de grasas añadidas y aditivos.
Estos son algunos de los congelados que sí podemos incluir sin problemas en nuestra lista de la compra.
Brócoli
Las frutas y verduras congeladas tienen los mismos nutrientes que sus equivalentes frescas. Además, hay estudios que demuestran que los alimentos congelados conservan mejor sus propiedades que aquellos que llevan muchos días refrigerados. El brócoli en concreto, además de conservar sus propiedades, mantiene su estructura en perfectas condiciones.
Fresas
La temporada de estas frutas es tan corta que mucha gente recurre a la congelación para prolongarla. La fruta ultracongelada, sea cual sea, no solo es saludable, sino que también es una buena manera de seguir degustando las que más nos gustan cuando no están de temporada y se pueden preparar en batidos, mermeladas, sorbetes, cremas o cualquier otro postre.
Marisco
Se puede congelar sin problemas sea cual sea su tipo, tanto si lo adquirimos ya directamente congelado como si somos de aquellos que visitamos la pescadería apenas una vez al mes. La manera óptima de descongelar es de forma paulatina; el alimento tiene que pasar del congelador al frigorífico y estar en él el tiempo necesario hasta que se descongele por completo.
En el caso de gambas, langostinos, mejillones, navajas o almejas debemos tener mucho cuidado de no amontonar ni golpear las piezas, colocarlas con mucho cuidado, una a una, en un recipiente alargado y cubrirlas completamente con agua mineral antes de introducirlas en el congelador.
Pan
Es una buena opción para que dure mucho tiempo y no se ponga duro. Lo ideal es que se corte en rebanadas para descongelarlo mucho más fácilmente. Además, si se congela y después se descongela y tuesta el pan blanco su índice glucémico se reduce a la mitad, a causa de un cambio en la estructura de los almidones.
Caldo
Es muy para no recurrir a los precocinados, nada mejor que cocinar una gran olla y congelar el caldo en raciones.
Pollo
Tanto el pollo como otras carnes pueden congelarse sin problemas siempre que se descongelen convenientemente, es decir, en la nevera durante al menos un día.
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